La Memoria de los objetos
El conjunto de obras que verá en esta exposición que presenta Emili Biarnés (Barcelona, 1956) en el Museu del Càntir de Argentona, a pesar de haberlas hecho en diferentes momentos de su larga y fructífera trayectoria artística, conforman una unidad. Estos trabajos remarcan la personalidad del autor. Nada más valioso en arte que el artista honesto que es capaz de decirnos con materiales los conceptos sobre la vida humana, sobre el tiempo y la temporalidad finita. Un artista interesado en las fronteras de los tiempos, en el tráfico entre pasado y futuro, en definitiva nos habla continuamente del umbral, tal y como titula esta muestra.
Un escultor con mayúsculas, así definiría a Emili Biarnés. Un creador de objetos con una base geométrica armoniosa donde la grieta, la arqueología, la alquimia juegan un papel importante.
Emili no sigue una maestría dirigida, que podríamos llamar clásica, sino que penetra en otros caminos de investigación. El resultado son estos objetos híbridos, donde a veces incorpora vidrio, hierro, engobes... conjugándose con el fuego.
El espectador se hará muchas preguntas, no sabrá si la pieza podría pertenecer a un pasado ancestral, o ha llegado desde el futuro en un tiempo invertido. Es en este contexto que los pensamientos del artista sobre la filosofía de la vida misma están presentes. Desde su reflexión solitaria en la casa-taller en las afueras del pueblecito de Raset (Cervià de Ter, Gironès) en medio de la naturaleza, lleva más de treinta años trabajando magistralmente con la tierra y el fuego.
Impregnaos del misterio que desprenden sus obras, con la mirada atenta sobre estas piezas surgidas de sus manos. Penetrad con atención en aquellas pátinas brillantes de azules metalizados tan encantadores, y que contrastan de una manera genial con los acabados que parecen extraídos directamente de la propia naturaleza como podrían ser tierras volcánicas y otros, tan bien encontrados por el artista.
Emili genera unos objetos de una civilización todavía por descubrir, que a nosotros nos estimula la imaginación, nos hace pensar, por tanto, nos corresponde a cada espectador interpretar, dejar que la obra nos hable de la posible memoria de los objetos.
Maguí Noguer Torres
Directora de la Fundació Valvi
La Memoria de los objetos
El conjunto de obras que verá en esta exposición que presenta Emili Biarnés (Barcelona, 1956) en el Museu del Càntir de Argentona, a pesar de haberlas hecho en diferentes momentos de su larga y fructífera trayectoria artística, conforman una unidad. Estos trabajos remarcan la personalidad del autor. Nada más valioso en arte que el artista honesto que es capaz de decirnos con materiales los conceptos sobre la vida humana, sobre el tiempo y la temporalidad finita. Un artista interesado en las fronteras de los tiempos, en el tráfico entre pasado y futuro, en definitiva nos habla continuamente del umbral, tal y como titula esta muestra.
Un escultor con mayúsculas, así definiría a Emili Biarnés. Un creador de objetos con una base geométrica armoniosa donde la grieta, la arqueología, la alquimia juegan un papel importante.
Emili no sigue una maestría dirigida, que podríamos llamar clásica, sino que penetra en otros caminos de investigación. El resultado son estos objetos híbridos, donde a veces incorpora vidrio, hierro, engobes... conjugándose con el fuego.
El espectador se hará muchas preguntas, no sabrá si la pieza podría pertenecer a un pasado ancestral, o ha llegado desde el futuro en un tiempo invertido. Es en este contexto que los pensamientos del artista sobre la filosofía de la vida misma están presentes. Desde su reflexión solitaria en la casa-taller en las afueras del pueblecito de Raset (Cervià de Ter, Gironès) en medio de la naturaleza, lleva más de treinta años trabajando magistralmente con la tierra y el fuego.
Impregnaos del misterio que desprenden sus obras, con la mirada atenta sobre estas piezas surgidas de sus manos. Penetrad con atención en aquellas pátinas brillantes de azules metalizados tan encantadores, y que contrastan de una manera genial con los acabados que parecen extraídos directamente de la propia naturaleza como podrían ser tierras volcánicas y otros, tan bien encontrados por el artista.
Emili genera unos objetos de una civilización todavía por descubrir, que a nosotros nos estimula la imaginación, nos hace pensar, por tanto, nos corresponde a cada espectador interpretar, dejar que la obra nos hable de la posible memoria de los objetos.
Maguí Noguer Torres
Directora de la Fundació Valvi